Dos aberrantes asaltos ocurrieron en las últimas horas en La Plata, donde una banda de encapuchados metió terror en una casa de la zona Norte y dos motochorros patearon en el piso, directo a la cara, a un repartidor que se gana la vida trabajando en la calle. ¿Cuánto se llevaron unos y otros delincuente? Poco importa, teniendo en cuenta que ambos casos pudieron tener finales trágicos.
El primero de los hechos ocurrió cuando al menos cinco ladrones que usaban pasamontañas y guantes soprendieron a un hombre en que dormía en su casa de Ringuelet. Le pegaron, lo patearon y lo dejaron atado y abajo de la cama, antes de huir con todos sus ahorros y un saxo.
Sucedió a las 4.30 de la mañana del domingo en una casa situada en 519 entre 8 y 9, cuando cinco sujetos ingresaron en el lugar, aparentemente, después de colar a un menor o a alguien de contextura pequeña por la ventana del baño. Este “topo” les abrió luego la puerta a sus secuaces.
Mientras hacían todo eso, el dueño de casa ni se enteró, porque estaba durmiendo. Recién se dio cuenta de la presencia de extraños en la intimidad de su cuarto luego de una feroz seguidilla de golpes y patadas.
Los delincuentes pusieron toda su violencia al servicio del atraco con la intención de “ablandar” al hombre antes de que siquiera pudiera intentar resistirse. Luego de pegarle una trompada en la cara y una patada en la espalda, le ataron las manos con un cable y los pies con una ropa vieja. Y le repitieron muchas veces: “Te vamos a matar”.
Los intrusos revisaron cajones, placares y cada rincón de la vivienda en busca de dinero en efectivo, especialmente
dólares, joyas y otras pertenencias de valor. Al principio un sujeto se quedó custodiándolo. Pero como se “necesitaban más manos para registrar la morada” lo tiraron al piso y lo terminaron empujando hasta dejarlo abajo de la cama.
En total, los asaltantes huyeron con 300 mil pesos, una tablet, una notebook, dos televisores, un parlante de música, un teléfono celular y un saxo. Luego, como pudo, el hombre salió de la cama y sin poder desatarse se dirigió a
la casa de una vecina en donde le brindaron auxilio.
24 horas antes, un estudiante de medicina fue sorprendido de madrugada en su casa de 118 entre 523 y 524, en un ataque casi idéntico. A él le sustrajeron hasta los apuntes.
EN LA CALLE
El asalto al delivery sucedió el sábado a la noche, cerca de las 21, en 26 y 48, por donde un repartidor de la empresa Rappi circulaba en una moto Honda Wave negra y se le cruzó otro rodado del mismo color, modelo 110, con dos ocupantes. Primero le hicieron ademanes para que frenara. Después lo tiraron al piso.
Fue ahí que sobrevino una agresión cruel: el que iba de acompañante le pegó una patada en la cara, que le rompió un diente. Aprovechando la confusión del momento, los delincuentes se apoderaron de la moto de su víctima y huyeron.
El muchacho recordó que tendrían entre 25 y 30 años, eran de contextura delgada y no demasiado altos. Ahora los investigadores buscan en las cámaras de seguridad y en los vecinos datos que ayuden a identificar a los violentos agresores.
La instrucción de la causa quedó en manos de agentes de la comisaría cuarta, con conocimiento de la UFI de Autores Ignorados Nº 9, a cargo de la fiscal Mariana Ruffino.