El reciente incremento en las dietas de los senadores, que llevaría sus ingresos a cerca de 9 millones de pesos brutos mensuales, ha generado una fuerte controversia en el ámbito político argentino. Este aumento, que replica el otorgado a los empleados del Congreso, fue duramente criticado por el presidente Javier Milei, quien no dudó en expresar su “máximo repudio” a la medida.
La reacción del mandatario no se hizo esperar. A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), Milei cuestionó el desmesurado aumento: “¿Quién cobra 9 palos por mes? Nadie. Cobrar 9 millones de pesos en este contexto es más que una burla, es traición al pueblo trabajador”, afirmó, reflejando el sentir de gran parte de la población que enfrenta una economía en crisis.
Frente a estas críticas, la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, se distanció de la decisión tomada por el cuerpo legislativo. En un intento por descomprimir la situación, Villarruel aclaró que su rol solo incluye la decisión sobre las paritarias de los empleados del Senado, dejando en manos de los senadores la potestad de desengancharse o no de los aumentos salariales acordados para el personal.
La situación ha generado un fuerte debate interno, y se está analizando la posibilidad de dar marcha atrás con este polémico incremento. En un contexto económico donde gran parte de la población lucha por llegar a fin de mes, la idea de que los senadores perciban un salario tan elevado resulta difícil de justificar.
La controversia también pone de relieve la tensión existente dentro de la coalición gobernante y su relación con el Congreso, en un momento en el que la economía y la austeridad son temas centrales en la agenda política.
Este episodio refleja no solo un desencuentro en la cúpula del poder, sino también el creciente malestar social frente a una clase política que parece estar desconectada de las dificultades cotidianas que enfrenta la ciudadanía. Será crucial ver cómo se desarrolla este conflicto y si, finalmente, el Senado optará por revertir el aumento en las dietas para evitar un desgaste político mayor.