En Argentina y en la región de Latinoamérica se está progresando en la regulación del ecosistema cripto. En el contexto argentino, la regulación de criptoactivos se caracteriza por su dispersión en normativas emitidas por diversos poderes y autoridades.
Para este 2024, el informe Triple A01, publicado por la empresa cripto Lemon, pronostica la aceleración del proceso regulatorio para el sector cripto en el “país de la plata”.
Según indica el documento, este año en Argentina se realizará la cuarta evaluación mutua sobre la prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo (PLA/FT), por parte del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
Tanto las empresas privadas como las autoridades públicas reconocen la importancia de que Argentina obtenga una evaluación positiva. Este proceso regulatorio acelerado en el sector de las criptomonedas se debe a la inclusión de esta industria dentro de las normativas.
Autoregulación del ecosistema cripto en la región
En ausencia de un marco normativo definido, la industria cripto ha demostrado una capacidad ejemplar para autorregularse, adoptando prácticas y estándares que a menudo superan los requisitos de sectores ya regulados. Este autogobierno se ha manifestado a través de la implementación de programas de compliance y soluciones basadas en criptografía, destacando la importancia de la transparencia y la trazabilidad en todas las operaciones, según indica el informe.
La iniciativa de autorregulación tomó un paso significativo cuando empresas del sector privado, como Lemon, participaron por primera vez en los Foros Regionales del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica, GAFILAT. Esta participación fue un testimonio del compromiso de la industria en la promoción de un desarrollo seguro y sostenible del ecosistema cripto en la región.
Durante estos foros, se presentaron de manera detallada las medidas y herramientas de autorregulación adoptadas por la industria, destacando la aplicación de tecnologías blockchain. Se enfatizó cómo estas prácticas no sólo fortalecen la seguridad de las operaciones, sino que también contribuyen significativamente a la prevención de delitos y a la creación de entornos más transparentes.
