Si bien las técnicas de la ciberdelincuencia se perfeccionan sin pausa, las barreras de protección no siempre mejoran para adaptarse a los desafíos y mitigar los riesgos en la escena digital.
Las contraseñas son uno de esos “muros” que deberían ser fortísimos, pero en muchos casos ocurre lo contrario. Habitualmente, circulan informes que relevan la proliferación de passwords debilísimos que dejan las cuentas de los usuarios a merced de los atacantes.
Elegir claves robustas es esencial, porque las consecuencias de una intrusión son realmente indeseables. Con esas credenciales, los cibercriminales acceden a información sensible de las víctimas, canalizan más ataques y los complejizan, y en ciertos casos logran ingresar a billeteras virtuales o plataformas bancarias y, por ende, se llevan activos valiosos.
“Utilizar información identificable, como el nombre de tu equipo de fútbol favorito o los nombres de tus hijos, hace que tu contraseña sea mucho más fácil de descifrar”, señaló Joe Cockroft, especialista en seguridad informática.
Las principales recomendaciones
- Usar combinaciones de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos.
- Eludir las combinaciones simples y fáciles de adivinar, como nombres o seguidillas de números. En los frecuentes listado de contraseñas más usadas y vulnerables aparecen variantes como “123456″, “qwerty” e incluso la palabra “password”.
- Evitar el uso de la misma clave para diferentes cuentas: es algo así como el consejo clásico que insta a no poner todos los huevos en la misma canasta.