A 18 años del crimen de Nora Dalmasso, la Justicia encontró una coincidencia genética con los rastros recolectados en el cuerpo de la víctima. Se trata de un hombre, que ya fue identificado y notificado y se presentó a declarar ante la Unidad Fiscal Especial actuante en la ciudad de Río Cuarto.
El avance en el caso fue confirmado este lunes por el Ministerio Público Fiscal de Córdoba, en el marco de una investigación que se inició en octubre de 2022 con el objetivo de saber quién la asesinó.
Con ese objetivo el fiscal de río Cuarto, Pablo Jávega, había ordenado tomar 200 muestras de ADN. El caso está prescripto y su esposo, que había sido imputado por el homicidio, fue absuelto.
“La Unidad Fiscal Especial actuante en la ciudad de Río Cuarto informa que una persona de sexo masculino figura como aportante compatible con las huellas genéticas colectadas en cinto de bata que fuera ubicado anudado en el cuello de la víctima y de vello secuestrado en zona inguinal de la misma. Asimismo, la Fiscalía continúa trabajando en clave de analizar el resto del cuadro de pruebas disponible para la composición de hipótesis en función del aporte de dicho material”, se explicó en comunicado de prensa publicado por el Ministerio Público Fiscal de Córdoba en su página web.
El objetivo de la Justicia para avanzar con estos cotejos fue ponerle nombre y apellido a los rastros genéticos hallados en el cinto de la bata que usaron para estrangular y matar a Nora. En esa prenda se encontraron dos perfiles de ADN.
Uno de ellos es de Macarrón, que se concluyó que llegó allí porque vivía en la misma casa. El otro era hasta ahora de un NN. Se sabía, sí, que no pertenecían a ninguno de los imputados ni a los policías o conocidos que estuvieron en la escena del crimen.
Ahora el fiscal Pablo Jávega espera el resultado de un “mapeo y trazabilidad” de 45 muestras genéticas, con la “intención de identificar al autor del crimen”, cuyo ADN quedó en la bata que llevaba puesta la víctima al momento del ataque.
“Lo logrado es producto de la labor conjunta e interdisciplinaria entre el Ministerio Público Fiscal y el Centro de Genética Forense del Poder Judicial de Córdoba –con la cooperación del National Center for Forensic Science de Universidad de Florida, EEUU, y la colaboración del Ministerio de Justicia del gobierno de Córdoba”, se agregó en el citado comunicado.
Si bien la causa ya prescribió por la cantidad de años que transcurrieron, el Tribunal que absolvió a Macarrón de la acusación de “homicidio calificado por el vínculo, alevosía, y precio o promesa remuneratoria”, ordenó una reinvestigación con las pruebas que ya estaban incorporadas en el expediente.
“La víctima tiene el derecho a que se determine la verdad, aunque el delito haya prescripto”, reclamó el fiscal de Cámara Julio Rivero al tribunal de la Cámara del Crimen 1 de Río Cuarto que tuvo a su cargo el juicio por jurados. Los fundamentos de la absolución indican que “no la mató un sicario. Fue víctima de femicidio y de violencia de género (figuras penales inexistentes al momento del hecho). La mató una sola persona conocida por ella”, y advierte que antes del asesinato “hubo acto sexual consentido”.
El Fiscal “continúa trabajando en clave de analizar el resto del cuadro de pruebas disponible para la composición de hipótesis en función del aporte” del marterial. También analiza segmentos “relevantes al análisis de la acción penal derivada” del crimen.
Las conclusiones, indica el comunicado oficial, fueron comunicadas a la familia querellante y a la persona sindicada, quien concurrió a la sede de la Unidad Fiscal para ejercer, con la debida asistencia letrada, su defensa material y técnica.
“Del mismo modo corresponde señalar que, en todo este proceso, la Fiscalía fue rigurosa en garantizar a todas las parte la posibilidad de observar, controlar y controvertir los resultados del cotejo genético referenciado”, describe. El único querellante es Facundo Macarrón.