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Conmoción en City Bell: murió una reconocida veterinaria que fue víctima de un violento robo

La comunidad de La Plata se encuentra consternada por la trágica muerte de Emilia Merlo, una respetada veterinaria de 63 años, quien sufrió un paro cardíaco tres días después de ser víctima de un violento robo en una casa quinta que alquilaba en la zona de City Bell.

El fatídico incidente desencadenó una ola de indignación, bronca y dolor entre los residentes locales.

Merlo, aún conmocionada por el ataque, comenzó a experimentar un fuerte dolor en el pecho y fue trasladada de urgencia al hospital, lamentablemente los esfuerzos médicos fueron en vano y falleció.

La noticia de su partida dejó un vacío imborrable entre los vecinos de City Bell, desatando una oleada de mensajes de condolencia en las redes sociales.

Entre los mensajes de despedida y muestras de solidaridad, se destaca el profundo pesar expresado por Vanina Vidal, quien escribió: “Gracias por todo, no tengo palabras! Abrazame a papá!”. Otros usuarios recordaron a Merlo como un “ángel de gatos y perros”, resaltando su dedicación y amor por los animales.

ASÍ FUE EL BRUTAL ATAQUE A LA VETERINARIA

El relato de Merlo sobre el brutal asalto revela la crudeza de la violencia a la que se enfrentó. A pesar de la ausencia de armas visibles, los delincuentes la sometieron a un intenso maltrato físico y psicológico.

El hecho sucedió el viernes pasado en City Bell. Merlo salió al fondo para alimentar a sus gatos, donde estaban dos delincuentes, que previamente se colaron en el parque a través de un lateral con alambrado.

Reveló que “uno de los dos delincuentes me tomó por atrás y, tapándome la boca con una de sus manos, me dijo `quedate quieta, no grites. Si te portás bien, no te voy a a hacer nada´. Y enseguida vi al cómplice”.

La mujer estimó que los asaltantes “deben tener entre 30 y 35 años”, a la vez que puntualizó que “uno de ellos estaba encapuchado y el otro no. El más chico de los dos era el más bravo”.

Sobre cómo siguió el ataque, informó: “Mme hicieron entrar con ellos y en el living me ataron las manos con las tiras de un delantal de cocina, los pies con una solera y me amordazaron con una chalina”. “Luego me hicieron acostar boca abajo, siempre en el living, tapándome con una manta”, agregó. Así, se llevaron cosas de valor y huyeron.

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