Un matrimonio de jubilados de City Bell sufrió en las últimas dos semanas un par de robos en su casa, algo que nunca les había pasado antes en los 49 años que llevan residiendo en el lugar.
Primero fue un escruche en el quincho de la propiedad situada en calle 446 entre 23 bis y Camino General Belgrano. Y, pasado el mediodía del lunes, quedaron cara a cara con un ladrón que los sorprendió después del almuerzo, en plena sobremesa. Las víctimas tienen 75 años.
“Eran las 13.30 (del lunes) y mi señora estaba contando la plata para el helado, creo que tenía entre 8.000 y 10.000 pesos”, contó Eduardo, pero de repente apareció un intruso que saltó un paredón de tres metros y se les acercó por el fondo de la propiedad. “Aparentaba tener 20 años largos, casi 30”, recordó.
Con el torso desnudo y la remera en su cabeza, el ladrón amenazó a la pareja con una faca, sin decir una palabra.
“Se limitó a robarle la plata a mi esposa y a mí el celular”, sumó el hombre.
Con el matrimonio paralizado por el miedo y la sorpresa, el asaltante desapareció de escena tan rápidamente como se presentó: se fugó por el mismo lugar por el que entró. “Saltó como un gato”, describió Eduardo.
Lo curioso es que tras el escruche que habían sufrido hace dos semanas los jubilados instalaron dos sistemas de alarma en la casa, pero el lunes no los activaron porque era el mediodía y el barrio “estaba tranquilo”, explicaron.
En el primer robo sustrajeron una amoladora para carpintería, una máquina agujereadora, una hidrolavadora y 20 metros de cable. Los damnificados sospechan que se trataría del mismo ladrón.